domingo, 19 de octubre de 2014

Los 7 escenarios más probables para la desaparición de la humanidad.

Los humanos creemos dominar el planeta, pero nuestra condición aparentemente privilegiada no nos garantiza la supervivencia como especie. Una especie de escenarios, todos ellos consecuencia directa o indirecta de nuestro impacto sobre el planeta, podrían acabar con la humanidad.



Según la organización ambientalista  WWF, en los últimos 40 años el número de especies de animales salvajes ha disminuido en un 52%. Los científicos hablan de la sexta extinción masiva en el planta. ¿Serán los humanos los siguientes en desaparecer?

La crisis aliementaria.

En varios ecosistemas, uno de los papeles más cruciales lo desempeñan los grandes depredadores. La ausencia de este tipo de animales podría provocar un aumento de la población de roedores, lo que a su vez dispararía el nivel de morbilidad.

Los expertos ven también con alarma el aceleramiento en la desaparición de los invertebrados, una tendencia que podría afectar seriamente la producción de alimentos a nivel planetario, puesto que los insectos juegan un papel importante en el ciclo de los nutrientes, así como en la polinización del 75% de los cultivos alimentarios del mundo, informa el portal ruso LookAtMe.


Convertirse en un nuevo Venus

La cantidad de dióxido de carbono en nuestra atmósfera aumenta de manera constante. La presencia de CO2 en el aire afecta a la transferencia de calor en el planeta.

En este sentido, los climatólogos Tyler Robinson y Colin Goldblatt predicen que podría llegar un momento a partir del cual la temperatura de la Tierra no dejará de aumentar. Este efecto se puede observar en Venus, cuya atmósfera es tan caliente que en el planeta no cae  ninguna precipitación.



Cambios en la ciclicidad de los monzones

A medida que el clima se calienta, los mecanismos que provocan vientos húmedos estacionales en Asía, África y América del Sur pueden verse alterados. Como resultado, regiones del planeta fundamentales para la agricultura y que son hogar para casi la mitad de la población humana podrían quedarse sin lluvias.

Debido a variaciones en la ciclicidad de los monzones el desierto del Sahara podría convertirse en un bosque tropical, mientras que la selva amazónica, al contrario, se transformaría en una árida estepa. Muchos otros factores climatológicos  inmediatamente cambiarían, provocando un efecto dominó.

Ébola

El virus del Ébola en su forma actual no es tan peligroso como afirma la prensa, puesto que la infección solo es posible si existe contacto con los fluidos corporales (sangre, vómito, sudor) del portador.

Sin embargo, si el virus muta y empieza a transmitirse a través del aire las posibilidades de que se desate una pandemia se multiplicarán.

Bioterrorismo

Los avances en los campos de la biología molecular y la genética pueden posibilitar nuevos tipos de desarrollo de armas biológicas.

Actualmente muchos científicos intentan comprender un proceso bioquímico complejo, la apoptosis, es decir, la muerte celular programada. Si aprende a controlar la apoptosis, la humanidad obtendrá una nueva poderosa arma.

Ciberarmas

Las armas informáticas también pueden conducir al final del mundo. El virus informático Stuxnet atacó las instalaciones  nucleares de Irán y una red de ordenadores de un reactor ruso que ni siquiera estaban conectados a Internet. Al respecto, el experto mundial en antivirus Evgueni Kasperski dijo: "Lo que hemos visto es solo el principio, y creo que en realidad esto puede provocar el fin del mundo. Tengo miedo".


Singularidad tecnológica

Según los científicos, no hay que descartar que el progreso tecnológico llegue a ser tan rápido y complejo que escape del control y la comprensión de los humanos. Algunas opiniones apuntan que cuando la humanidad consiga crear inteligencia  artificial y máquinas autorreplicantes los humanos y los ordenadores se integrarán, o las capacidades del cerebro humano aumentarán significativamente a expensas de la biotecnología. Además, es posible que los robots traten de erradicar a los humanos por considerarlos criaturas imperfectas e ineficientes que obstaculizan el progreso.